LA RAZA WAGYU

Originaria de Japón, (“Wa”, en japonés significa “Japón” y la expresión “gyu” denomina al ganado), la raza Wagyu carga siglos de historia a su espalda. Los investigadores creen que, probablemente, llegó a Japón durante el siglo II después de Cristo, procedente de la zona asiática en que hoy se asienta Turquía. Durante siglos, los wagyu fueron protegidos por la religión budista del consumo humano, siendo destinados a la actividad agrícola, por lo que, a lo largo del tiempo, apenas han sufrido cambios genéticos derivados del cruce con otras razas.

En cuanto a lo concerniente a su carne, ésta se diferencia claramente de la de cualquier otra raza bovina, siendo absolutamente superior en cuanto a su calidad, destacando aspectos que definen una carne extremadamente tierna y jugosa, cuya grasa, lejos de desecharse, es rigurosamente sana para el consumo humano, pues contiene un elevado porcentaje de ácidos grasos insaturados y poliinsaturados, como los ácidos oleico, linoleico o linoleico conjugado, los cuales ayudan a prevenir numerosas enfermedades.

Los bueyes wagyu producen la carne más exquisita del mundo. Patxi Garmendia los cría al son de la música en Burgos. Comen muesli y beben vino ecológico.